Adiós 2021, pocos serán los que te echen de menos. Fuiste un año de golpes, de caos, de dudas y de miedo. Tus meses trajeron expectativas truncadas e incertidumbre. ¿Podremos hacer el concierto? ¿Vendrá alguien? En tus días reinó la separación. “Tocaremos en grupos pequeños”, “hay que estar a dos metros de distancia”, “nos dicen que el aforo máximo es de…”

Dicen que toda crisis trae una bendición oculta para quien la sabe ver. La soledad lleva a uno a la reflexión. La reflexión a nuevos planteamientos y los nuevos planteamientos traen oportunidad. Oportunidad de descubrir, de aprender y de medir nuestras fuerzas y descubrir que somos mucho más fuertes de lo que creíamos. Salimos de tus días con las ideas más claras. Sabiendo lo que queremos y lo que nos merecemos.

Recordemos que todo se crea primero en la mente y esta vez, nuestros propósitos de Año Nuevo no se van a perder por el camino. Queremos tocar, queremos crecer y queremos recuperar todo lo perdido y mucho más. Y no es solo una cuestión de La Banda sino de todo Gijón. Cada gijonés está deseando moverse, tener estímulos, ¿y qué mejor estímulo que aquel que aviva la mente, aporta cultura y hace que auténticos desconocidos vibren sonriendo al mismo son?

Lo bueno de un año tan duro es que la única opción es levantarse. Por eso aprenderemos a escucharnos, para juntos y con respeto, crear el mejor escenario posible.

 

Desde la Banda de Música de Gijón les deseamos el mejor 2022.

 

Texto y audio: María Cuadriello